Un mensajero anuncia que la hacienda de Don Alejandro se incendió, así que él y Diego parten para Los Ángeles. Pronto se descubrirá que es otra broma de Ricardo porque vuelve a San Francisco. Pero antes sugiere al Gobernador que le otorgue amnistía al Zorro. Diego tendrá que decidir si revela su identidad o sigue como forajido. Pero su padre impide que la revele, secuestrándolo. Es entonces que se descubre que Don Alejandro ya sabía de mucho antes que su hijo es el Zorro.